No está mal.
Siempre me he definido como un militante del cambio. Siempre he pensado que quedarse quieto significa precisamente eso, no avanzar.
Estamos inmersos en proyectos, planes de innovación, reformas educativas, nuevas leyes, nuevas disposiciones, implantación de la tecnología en el aula, TICs, dotaciones informáticas, planes de refuerzo,... Estamos vivos, pero...
¿Todo perfecto?,
¡Cuidado!.
¡Que nadie toque la mesa!. ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que le falta una pata?"
No descuidemos la pedagogía. Centrémonos en el aula. Cuidemos la metodología desde la base, desde el cariño, el trato personal, el aprecio al alumno/a, la preocupación por su vida, sus problemas, sus inquietudes... y eso es prácticamente imposible siendo tutor de un aula donde impartes una sola materia de apenas dos sesiones semanales "gracias" a la "excesiva especialización" de títulos del profesorado en la enseñanza secundaria obligatoria. Nos falla "la pata"