sábado, 18 de junio de 2011

¿Y LA VOCACION?

Se acabó el curso. Los que han promocionado en secundaria están debatiéndose entre las asignaturas optativas y los distintos tipos de bachillerato que les espera yo en otros casos entre una maraña de módulos profesionales que hacen imposible la selección, salvo por proximidad del centro al domicilio.
Y no digamos nada de los que han aprobado la selectividad y ahora han de matricularse en la universidad.
Resulta que con el sistema actual de acceso a la universidad, su masificación, numeros clausus, nota de corte, etc... no van a las carreras universitarias por vocación sino por nota.
Pongamos un ejemplo:

  • "Soy estudiante, buen estudiante: Soy muy bueno haciendo comentarios de texto, me gusta la lectura, leo mucho y tengo facilidad de palabra , buen vocabulario y un nivel más que aceptable en los tres idiomas que he estudiado por lo que las notas de Inglés, Lengua Castellana, Idioma de la comunidad, (catalán, euskera, galego, valenciano...), son altas y encima en selectividad sacaré buena nota.
  • Gracias a mi pasión por la lectura y la dialéctica y puesto que ya he dicho que soy buen estudiante Filosofía o Historia no es problema para mí.
  • Las matemáticas se me han dado bien desde el principio, las entiendo, soy bastante racional, mi inteligencia matemática es buena, siempre he estado en el sobresaliente por lo que no hay problema y la física que hemos dado estos últimos años es más que suficiente para no sacar mal resultado.
  • Lo que peor se me da es la biología, pero no me romperá la media.
  • En el trato con las personas soy muy parco en palabras, no me relaciono muy bien, no aguanto a los niños ni a las personas mayores.
La verdad es que no me lo había planteado nunca pero haré medicina, me da la media y se gana una pasta."
También podría poner el mismo ejemplo con alguien que ,... como le da la media,... decide estudiar Magisterio puesto que se puede acceder al funcionariado de forma más o menos fácil, con sueldo para toda la vida, con buen horario y con muchas vacaciones, y en le periódico ha aparecido que no se qué porcentaje de profesorado de la escuela pública se jubilará en los próximos 10 años.
¿Dónde queda la vocación?
No se valora. Nadie la presta atención, grandes genios del siglo XX fueron regulares o malos estudiantes hasta que se centraron en lo que verdaderamente les entusiasmaba y en ello volcaron su conocimiento y su saber hacer. No se tiene en cuenta, a la hora de admitir en la universidad los verdaderos valores de los buenos profesionales como pueden ser la inquietud, el ansia de profundizar en el saber, la curiosidad, la facilidad de hacerse preguntas, los retos, la dedicación, la perseverancia, el querer, la capacidad de trabajar en grupo, la asertividad, el don de gentes, el esfuerzo,... y no la media de las notas obtenidas en un bachillerato generalista durante los dos últimos años más una prueba de selectividad obsoleta y caduca que no deja de ser un mero formulismo

1 comentario:

  1. Vista la realidad y leído tu post sobre evaluar en competencias me parede una utopía pensar que alguna vez se pueda evaluar para entrar en la universidad los siguientes aspectos que comentas: "la inquietud, el ansia de profundizar en el saber, la curiosidad, la facilidad de hacerse preguntas, los retos, la dedicación, la perseverancia, el querer, la capacidad de trabajar en grupo, la asertividad, el don de gentes, el esfuerzo,..."
    Mucho pedir me parece para el momento actual en el que en una sesión de evaluación se puede decidir que un alumno promociona, o no lo hace, o lo vuelve a hacer, o las dos cosas a la vez, y si lo hace hay que recordarle a los padres que el próximo año debe trabajar mucho.
    Mucho pedir me parece para el momento actual en el que la selectividad es un trámite legal que es tomado por los responsables y profesores universitarios como un marrón que les toca una vez al año y que se la quitan de encima cuanto antes. No se le da ninguna importancia. Y toda la culpa no es de los profesores universitarios cuyas condiciones laborales, cargas de trabajo y sueldos habría que mejorar sin esperar mucho más.
    Sigo opinando que todo el sistema educativo es un problema para los gobiernos, o una harramienta electoral y de adiestramiento.
    En una crisis como la actual los gobiernos deberían reflexionar sobre la crucial importancia de la educación en el desarrollo de los pueblos. Pero no lo hacen. O si lo hacen lo hacen fatal.

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