Para mí el curso ha finalizado con un maravilloso y suave sabor a sal.
- Sal de las lágrimas de alegría que he visto en los alumnos que recibían el aprobado no esperado, ni merecido posiblemente, pero que les permite pasar de curso. Han pensado que el año que viene trabajarán más, que quieren ser dueños de su futuro ( lo más posible es que estas buenas intenciones se vayan diluyendo como un azucarillo, durante el verano).
- Sal de las lágrimas de rabia e impotencia por el amigo trágicamente perdido al final del curso.
- Sal de las lágrimas de pena por separarse de ese primer amor que nació durante el tercer trimestre y que ahora marcha de vacaciones con sus padres. ¿se podrá recuperar?.
- Sal de las lágrimas de alegría por finalizar.
- Sal de las lágrimas de pena por acabar.
- Sal de las lágrimas generadas por la frustración y la rabia al suspender y darse cuenta de que el año que viene no estará con los compañeros de la clase que le acompañan desde los tres años.
- Sal de lágrimas.
Y a mí que hasta hace un ratito he estado bañandome en el mar y me chupo los lábios con un maravilloso y suave sabor a sal.
Mi amigo es un fenómeno con el que merece la pena discutir, disentir, no estar de acuerdo, estar en contra, ... , trabajar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario