Llegan las vacaciones.
Se nota en el ambiente del Centro que ya son necesarias.
El alumnado está cansado. Los que han trabajado duro este primer trimestre necesitan oxigenarse un poco, disfrutar de sus buenos resultados y tomar fuerzas para seguir, para encarar un segundo trimestre, largo y duro en la mayoría de los cursos. Los que han trabajado poco o no han trabajado, también necesitan un parón. Este parón les hace crecer en ánimos, tener buenas intenciones, pensar que a la vuelta sí que van a trabajar, van a poner de su parte todas las ganas y esfuerzo para reconducir el curso, recuperar y aprobar las próximas evaluaciones, porque ya, en el mes de diciembre, en algunas entrevistas con los padres ha salido el temido fantasma de la repetición de curso, si se sigue por el mismo camino.
Y los profesores también necesitamos cargar las pilas, acabar con esa sensación de vacío, de desánimo y de intranquilidad al comprobar que el curso no va por el camino que habíamos trazado a principio de curso. Por mucha experiencia que tengas, nunca va por el camino trazado en septiembre y siempre hay que hacer retoques, siempre hay que adecuarlo a las características del grupo, de los padres, de la dirección y eso, que ocurre todos los años, siempre nos pilla desprevenidos y tenemos que reformular las expectativas que teníamos, a la realidad que vivimos.
Todos volveremos en el 2013 con ganas y fuerzas renovadas, todos tendremos nuestros objetivos claros, nuestras ilusiones intactas, el problema vendrá después, cuando se vayan apagando, cuando las buenas intenciones se queden en eso, en intenciones.
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