Ayer hablé con un "amigo y sin embargo compañero de trabajo" y me pareció que estaba preocupado por las desilusiones que se está llevando en el trabajo. Tiene, mi amigo, un fallo pero se le pasará con el tiempo, es joven.
Es joven y por lo tanto idealista, perfeccionista y muy trabajador.
Yo tengo bastantes más años que él y en ello me baso para pedirle calma.
Nuestro trabajo siempre da fruto, pero, claro, es un fruto a largo plazo y no siempre tiene la apariencia, color, olor y sabor que nosotros, mientras lo hacíamos, habíamos soñado.
Con tranquilidad, sortearemos los obstáculos.
Nadie puede ponerse a remar o nadar contra corriente cuando la corriente es muy fuerte, hay que dejarse llevar por ella, intentar acercarse a una de las orillas y desde ahí esperar que se vayan calmando las aguas, no sea que caigamos extenuados en la lucha contra las corrientes. Pero eso sí, nunca perder "el norte" el objetivo ha de mantenerse. Lo lograremos, remontaremos el río y llegaremos a puerto, y con nosotros más.
Un abrazo y a remar.
Tu amigo me suena. ¿Pero qué tiene 20 años o qué? A ver si madura, se calma y se toma la vida con una sonrisa, que el curro curro es, y ha sido, y como tal hay que tomárselo y capear con él. Con ese estrés no se puede vivir, así que que se calme por Dios.
ResponderEliminarY feliz año nuevo para tí y para tus muchos lectores también.