martes, 16 de junio de 2009

SEGUNDA CONVOCATORIA

En la vida a veces se tiene una segunda oportunidad.
Algunas veces la suerte nos sonríe y parece que se nos da la segunda oportunidad pero nunca dejará las cosas como estaban antes de fallar en la primera.
La segunda es , eso, la segunda y por lo tanto viene tras una fracaso, metedura de pata, despiste, pero siempre tendrá su leyenda, su por qué que le acompaña.
Para nuestros alumnos la segunda oportunidad desaparece. Más bien es una "putada", puesto que lo que antes era una nueva oportunidad de aprobar el curso en el mes de septiembre, y para ello durante las vacaciones te hacías, o hacían, un plan de estudio, con academia, horas de trabajo, sin playa, sin fiestas,.. jodido porque no habías sido capaz de realizar el trabajo que tenías que hacer, ahora se convierte en un examen, (viva la evaluación continua), que se realiza al día siguiente, más o menos, de finalizar las clases y en el cual has de demostrar al profesor, en este caso examinador, que has sido capaz de adquirir los conocimientos mínimos de su asignatura, así como por arte de magia, de un día para otro.
Simplemente IMPOSIBLE. Si alguien aprueba en la segunda convocatoria es o porque durante el año se ha mofado del profesor y ha suspendido queriendo la signatura para luego lucirse en la recuperación, (no suele ser lo normal, por lo menos lo de lucirse en la recuperación), o porque el profesor en cuestión está dispuesto a entregar los regalos de Olentzero y Reyes en el mes de junio, o porque los criterios para aprobar el curso en esa asignatura no estaban nada claros y hemos metido la pata en la sesión de evaluación fiándonos exclusivamente en los contenidos de una prueba global realizada a fin de curso. (Cosa, que según la ley de educación, no hay que hacer).
Recuperar, poder enmendar los errores es un derecho. ¿por qué nuestros alumnos no tienen la posibilidad de enmendar errores, con sacrificio y trabajo?
¿por qué es obligatorio no tener que esforzarse en los meses de verano? Porque claro, convence a un adolescente de 14 años que tiene lagunas en varias asignaturas y que le vendría bien hacer un repaso en verano. JA; JA; JA.
El que aprueba en el mes de junio de vacaciones hasta el comienzo del nuevo curso porque se lo merece.
El que suspende el 30 de junio de vacaciones hasta el 11 de septiembre porque no puede hacer nada. La decisión se toma en junio.
La ley "PROHIBE" esforzarse en los meses de verano, porque los resultados escolares se cierran a fin de curso. NADIE que se de cuenta de los errores cometidos durante el año puede "pringarse" durante el verano con la ilusión, y el miedo, de alcanzar los mínimos que le permitan el curso siguiente seguir con sus compañeros de toda la vida. (A veces el miedo nos hace despertar y asumir responsabilidades que no teníamos pensadas anteriormente, "porque solo nos acordamos de Santa Barbara cuando truena", "porque solo escarmentamos en cabeza propia.")

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